Maya


“PAJARO DZIU Y EL MAIZ”

 

Chaac, el Dios de la Lluvia, era invocado por los mayas para lograr buenas cosechas. Un día que salió del cenote donde moraba se preocupó al ver los sembradíos casi secos.

El Señor de la Lluvia llamó a las aves y les dijo: “De ustedes dependerá la vida. Voy a quemar los campos de cultivo, les pido que salven las semillas de todas las plantas para volver a sembrarlas una vez que la tierra se haya enriquecido con las cenizas”.

Entre las aves se encontraban los pájaros Dziú y Tho, el primero era humilde, con plumaje de colores; y el segundo, un ser de gran belleza, pero vanidoso.

 

Tho salió volando a toda velocidad, lo que lo agotó, entonces se detuvo a descansar y se quedó dormido. El vuelo de Dziú era más perseverante que rápido, arribó a los campos cuando el fuego ya los consumía, pero inició la búsqueda con valor.

Las aves pequeñas recogían las semillas a su alcance, mientras que algunas terrestres huían del fuego pisoteando la larga cola de Tho, que dormía al lado del camino.

El orgulloso pájaro despertó y vio que las plumas de su bella cola estaban arruinadas, entonces con vuelo  errático sólo alcanzó a rescatar la semilla del tomate verde.

Después del incendio, el plumaje del pájaro Dziú era negro y gris como la ceniza y sus ojos, rojos como el fuego; mientras que Tho tenía los ojos verdes, como la semilla que había salvado.

Chaac recompensó al pájaro Dziú por salvar la semilla del maíz dándole permiso de poner sus huevos en cualquier nido; el resto de las aves los incubarían y cuidarían como si fueran suyos.